Una historia de lucha, arte y afecto permanece viva en el recuerdo de Oncativo, donde Alejandra “Locomotora” Oliveras dejó una huella indeleble durante su estadía en los años noventa.
Radicada por un tiempo en la ciudad, fue allí donde dio a luz a su segundo hijo y consolidó una etapa marcada por el compromiso y la sensibilidad. Su voz se hizo habitual en las mañanas de Radio Oncativo, donde se desempeñaba como movilera, mientras que sus tardes estaban dedicadas a compartir poemas que conmovían a oyentes y colegas.
Alejandra completó su secundario en el CENMA de Oncativo, egresando junto a la promoción de 1998. Sus compañeros de aula recuerdan con afecto su talento literario y su calidez humana. Mara, una de sus compañeras, compartió fotografías que retratan momentos significativos: una obra de teatro escolar donde Alejandra participó embarazada, y el emotivo festejo de fin de curso junto a sus pares.
Entre micrófonos, cuadernos y versos, Alejandra tejió un vínculo profundo con la comunidad oncativense. Su legado perdura no solo por su trayectoria deportiva, sino por haber sido parte viva del alma cultural de una ciudad que también la abrazó como propia.
Fuente: Maria Rosa Diaz.