El viaje de egresados de los estudiantes de 6° año del Instituto Sagrado Corazón de Oliva quedó suspendido este jueves en medio de un escándalo que sacudió a toda la comunidad.
Lo que debía ser una jornada de celebración y partida hacia Bariloche se transformó en indignación y preocupación. Los choferes designados para trasladar al contingente fueron sometidos a un control de alcoholemia en la Terminal de Ómnibus, a pedido de los propios padres de los alumnos. El resultado fue positivo y los conductores quedaron inmediatamente inhabilitados.
La sorpresa fue aún mayor cuando los reemplazantes enviados para cubrir el servicio también dieron positivo en el test de alcoholemia. La situación se repitió dos veces en pocas horas, generando un clima de tensión y frustración entre las familias y los estudiantes, que debieron postergar su esperado viaje.
Según informó la autoridad local, los dos primeros choferes deberán afrontar multas cercanas a los 800 mil pesos.
La intervención de los padres fue clave para evitar una posible tragedia y puso en el centro del debate la responsabilidad de las empresas de transporte en garantizar la seguridad de los pasajeros.
