A través de publicaciones en redes sociales, se ofrecía a los vecinos de la localidad $15.000 a cambio de escanear su iris, una propuesta que desató una fuerte polémica en la comunidad. Presentada como parte de un supuesto proyecto tecnológico internacional, la iniciativa encendió alertas entre especialistas en ciberseguridad y defensores de la privacidad.
El procedimiento, vinculado a la empresa Worldcoin, busca recolectar datos biométricos para crear una identidad digital global. A cambio, los participantes reciben efectivo o criptomonedas, aunque no siempre queda claro el destino final de la información recopilada.
Diversas voces advierten sobre riesgos graves, como el uso indebido de datos sensibles, la falta de regulación y la posibilidad de vigilancia masiva o suplantación de identidad. A diferencia de una contraseña, el iris no se puede cambiar.
La Agencia de Acceso a la Información Pública investiga si la empresa cumple con la Ley de Protección de Datos Personales, ya que el consentimiento de los participantes no siempre estaría plenamente informado.