En Oncativo, la tradicional sirena que durante décadas anunciaba emergencias dejó de sonar hace más de diez años. Este cambio, aunque no fue inmediato ni sencillo, se ha convertido en un caso testigo de que es posible gestionar un cuartel de bomberos sin depender de ese sonido característico.
El cuartel ahora utiliza un sistema de alertas pagado que funciona mediante los teléfonos celulares de los bomberos. Ante una emergencia, el encargado del cuartel envía un mensaje con los detalles del siniestro, lo que permite una organización más eficiente de las dotaciones y la respuesta a los incidentes.
“La sirena generaba un estrés innecesario en la comunidad y ocasionaba otros problemas. La gente se congregaba en el cuartel para saber qué estaba pasando, los curiosos seguían a los móviles, y las líneas telefónicas se bloqueaban con llamadas de vecinos preocupados”, detalla Mauricio Cingolani, jefe del cuartel de Oncativo.
La transición no fue fácil, especialmente por la resistencia de las generaciones más antiguas, quienes consideraban la sirena como la esencia de los bomberos. “Nos decían que sin la sirena la gente no nos reconocería, pero hoy nadie la extraña”, asegura Cingolani.
Oncativo demuestra que modernizarse no solo es posible, sino necesario, ofreciendo un ejemplo de cómo integrar tecnología para mejorar la gestión de emergencias y minimizar el impacto en la comunidad.
Fuente: Diario La Voz del Interior.